(Este ensayo: El Amor y la Monogamia forma la segunda parte del libro: El Marxismo y la Liberación de la Mujer por Dorothy Ballan. El mismo, publicado por WW Publishers en el 1986, fue originalmente escrito en inglés durante el resurgimiento del movimiento femenino, de la década de los 1970s en los Estados Unidos. En ese entonces el artículo fue divulgado en el periódico Workers World [Mundo Obrero]. Para comenzar su lectura con el primer ensayo del libro, titulado: La Mujer en la Historia, pulse aquí.
El Amor y la Monogamia
Por Dorothy Ballan
A pesar de toda su brutalidad y explotación, el sistema capitalista más que cualquier otro sistema social anterior, depende de revolucionar constantemente las fuerzas productivas, aun cuando esto contradice sus prejuicios religiosos y morales más estimados. El capitalismo perfecciona su tecnología incesantemente, no en el provecho del progreso social sino para obtener super ganancias.
El desarrollo de la píldora anticonceptiva, al igual que otras invenciones y descubrimientos previos, en efecto ha causado una revolución en las relaciones sociales de muchas mujeres, afectando particularmente a la nueva generación de mujeres.
Píldora Anticonceptiva,
Arma en Contra de la Procreación Involuntaria
El hecho de que la píldora anticonceptiva no esté completamente refinada y que quien la use pueda estar sujeta a peligros de otra naturaleza es otro tema. Lo significativo es que la simplicidad de su uso ha permitido a la mujer un gran control de su función procreadora, con muy poco esfuerzo o incomodidad.
Para la mujer la píldora anticonceptiva representa un adelanto técnico revolucionario, cuando consideramos su lucha de siglos para obtener la liberación del encadenamiento impuesto a su sexo por su inhabilidad de controlar esta función vital del cuerpo.
Aunque este país (EE.UU.) está saturado con prejuicios antiguos y deformado por lo que Marx llamó la "furia" maligna de los intereses materiales privados, una amplia variedad de estadísticas demuestran la rapidez y entereza con que las mujeres entendieron y acogieron la píldora.
Es interesante notar que un número substancial de mujeres jóvenes han utilizado esta nueva oportunidad para enfrentarse al mundo y participar en todas las fases de la vida, con la misma libertad del hombre, de no tener un embarazo no deseado.
El desarrollo de este simple anticonceptivo ha permitido a muchísimas mujeres romper con el exceso de prejuicios e hipocresías que existen y ganar libertad adicional con respecto a las relaciones sexuales, más similar a la de los hombres.**
Para el sexo femenino la accesibilidad de la píldora es análogo a la conquista de un derecho civil en la lucha por los derechos de la mujer. Obviamente esto no terminará con la opresión y la discriminación contra las mujeres, tampoco le pondrá fin a la ideología de la supremacía masculina, pero ayuda a establecer cierto terreno para el futuro desenvolvimiento de la lucha en forma más amplia.
El "Amor Libre" Versus la Emancipación del Amor
Una gran parte de los ataques en contra del uso de la píldora, hechos por elementos burgueses, enfocan el alegado miedo de que se aumentará la promiscuidad, al igual que se perjudicará la "santidad" de la familia burguesa. En controversias previas sobre el llamado amor libre se usaron substancialmente los mismos argumentos.
Para la gran mayoría de mujeres es fácil darse cuenta que lo que se está atacando en gran parte es la posible promiscuidad de las mujeres. En cambio la promiscuidad de los hombres ha existido como parte integrante de la familia monógama desde su comienzo y nunca se ha considerado que esto haya incluido substancialmente a la llamada santidad de la familia burguesa. Lo que encoleriza a la burguesía sobre el llamado amor libre es que las mujeres puedan participar en el sexo igual que los hombres y sin miedo al embarazo. Esta hipocresía burguesa tiene sus raíces materiales en tradiciones antiguas, como examinaremos.
El desarrollo de anticonceptivos ha permitido a muchas mujeres romper con el exceso de prejuicios e hipocresías que existen y ganar libertad adicional con respecto a las relaciones sexuales, más similar a la de los hombres.
Con respecto al tema del amor los marxistas tratan de enfocar no el "amor libre" sino cómo liberar el amor, es decir, cómo emancipar el amor de las anticuadas y artificiales restricciones sociales, que son la herencia de sistemas sociales basados en la dominación y opresión de clases.
Es posible que la píldora provea una liberalización en las relaciones sexuales, pero el amor, el cual implica la libertad total en las relaciones humanas - sea con contrato matrimonial o no - no puede ser el resultado de una mera liberalización en las relaciones sexuales. Las relaciones sexuales siempre quedarán deformadas mientras la opresión de clase estrangule las relaciones humanas en general, y, particularmente las relaciones entre el hombre y la mujer.
Como dice Simone de Beauvoir en su muy conocido libro, El Segundo Sexo: "El hecho es que hoy en día ni los hombres ni las mujeres están satisfechos unos con los otros. Pero el problema es averiguar si existe una maldición original que los condena a desgarrarse uno al otro o si el conflicto en el cual ellos están opuestos marca meramente un momento transitorio en la historia humana.
"La batalla de los sexos no se implica inmediatamente de la anatomía del hombre y la mujer.
"La sociedad, habiendo sido codificada por el hombre (hombre de la clase dominante - D.B.), decreta que la mujer es inferior... Esta condición ha sido impuesta sobre ella. Toda opresión crea un estado de guerra y esta no es excepción.
Bajo el capitalismo, la libertad de participar en la vida sexual no emancipa el amor como tampoco la libertad a trabajar por un sueldo emancipa al obrero.
La Transformación del Hogar Comunal Primitivo
El mejor modo de entender a la familia burguesa moderna es a la luz de su desenvolvimiento histórico. Al analizar este tema, es importante comprender que en los tiempos primitivos la familia era la comunidad entera, que todo era organizado y producido cooperativamente de forma comunista – lo opuesto del mundo capitalista.
Con el surgimiento de la riqueza y su transformación subsiguiente a pertenencia privada, el hogar descendió como el centro de la producción social y pública, como había existido en los tiempos primitivos bajo el matriarcado.
Las mujeres eran las que procreaban y criaban los niños y esta naturaleza las forzó a quedarse en el hogar. Por esa razón fueron los hombres por virtual necesidad los que estaban en mejor posición de perseguir los impulsos nuevos de acumular riquezas y desarrollar aún más los medios de producción. Estos se desarrollaron a una velocidad acelerada.
El hogar pasó a ser más privado, y aislado de la vida social. La riqueza, que en muchos casos consistía de las manadas grandes, fue desarrollada por los hombres. Debido a que los hombres desarrollaron esta riqueza se hicieron entonces más dominantes y eventualmente se convirtieron en los dueños de ésta. A medida que las mujeres fueron más y más aisladas llegaron a ser más y más dependientes del hombre para sobrevivir.
Con el surgimiento de la riqueza y su transformación subsiguiente a pertenencia privada, el hogar descendió como el centro de la producción social y pública, como había existido en los tiempos primitivos bajo el matriarcado. El hogar pasó a ser más privado y aislado de la vida social. En la gráfica la siembra y la casa son propiedades privadas, igual que el esclavo que trabaja el cultivo y el que busca agua para la casa.
Esta dependencia creó una relación nueva entre el marido y la esposa. Dejaron entonces de cooperar mutuamente como seres independientes. La mujer ahora necesitaba al hombre para su supervivencia económica. La transformación final del derecho materno al derecho paterno (descendencia a través del padre en vez de la madre), como dijo Engels, marcó la derrota histórica del sexo femenino en el mundo.
El Comienzo de la Herencia de Riquezas
Este padre, ahora poderoso, fue estimulado a legar su riqueza a sus herederos. Para determinar a sus herederos exigía la fidelidad completa de su esposa bajo pena de muerte, mientras él seguía sus aventuras adúlteras y polígamas interminablemente.
Y así la familia primitiva de pareja, fundada en las relaciones sociales comunales bajo el matriarcado se transformó en la pareja individual y monógama bajo el patriarcado. Este acontecimiento designó el comienzo de una nueva unidad económica y social en la historia de la humanidad.
Marx dijo que esta unidad de familia contenía en forma de embrión no solamente la esclavitud sino también la servidumbre, ya que desde su comienzo estuvo vinculada con las cargas agrícolas. En sí misma contenía en miniatura todos los antagonismos, que luego se desenvolvieron plenamente dentro de la sociedad y su Estado.
En El Origen de la Familia, la Propiedad Privada y el Estado, Engels trazó los orígenes y analizó las condiciones concretas de la familia griega antigua, supuestamente el pueblo más civilizado y altamente desarrollado de la antigüedad.
En este estudio Engels indica que la monogamia: "De ninguna manera fue fruto del amor sexual individual, con el que no tenía nada de común, siendo el cálculo, ahora como antes, el móvil de los matrimonios... Preponderancia del hombre en la familia y procreación de hijos que sólo pudieran ser de él y destinados a heredarle: tales fueron, abiertamente declarados por los griegos los únicos objetivos de la monogamia. Por lo demás, el matrimonio era para ellos una carga...".(5)
"Por tanto, la monogamia no aparece de ninguna manera en la historia como una reconciliación entre el hombre y la mujer, y menos aún como la forma más elevada de matrimonio. Por el contrario, entra en escena bajo la forma del esclavizamiento de un sexo por el otro, como la proclamación de un conflicto entre los sexos, desconocido hasta entonces en la prehistoria".(6)
Engels anota que en un manuscrito inédito, redactado por Marx y él, encontró esta frase: "La primera división del trabajo es la que se hizo entre el hombre y la mujer para la procreación de hijos".(7)
Entonces añade Engels: "El primer antagonismo de clases que apareció en la historia coincide con el desarrollo del antagonismo entre el hombre y la mujer en la monogamia; y la primera opresión de clases, con la del sexo femenino por el masculino".(8)
Debido a que las mujeres eran las que procreaban y criaban los niños, lo cual tendía a forzarlas a quedarse en el hogar, los hombres estaban en mejor posición de perseguir los impulsos nuevos de desarrollar las manadas y acumular nuevas riquezas. Este proceso eventualmente resultó en que los hombres se pusieran dominantes y se convirtieron en los dueños.
La Monogamia en Calidad de un Progreso Histórico
"La monogamia", dice Engels, "fue un gran progreso histórico, pero al mismo tiempo inaugura, juntamente con la esclavitud y con las riquezas privadas, aquella época que dura hasta nuestros días y en la cual cada progreso es al mismo tiempo un regreso relativo y el bienestar y el desarrollo de unos verifícanse a expensas del dolor y de la represión de otros. La monogamia es la forma celular de la sociedad civilizada, en la cual podemos estudiar ya la naturaleza de las contradicciones y de los antagonismos que alcanzan su pleno desarrollo en esta sociedad".(9)
Por lo tanto podemos ver que la familia moderna de hoy no es lo que se predica que es – una unidad de amor sexual, matrimonio y fidelidad. Más bien es la consecuencia burguesa de lo que Engels describe acerca de la antigüedad griega.
La familia monógama moderna, al igual que la antigua, contiene en sí misma todas las contradicciones y antagonismos de clases que son característicos de la sociedad de clases en general. Esta familia en ninguna forma está separada del íncubo de la propiedad privada en la época de la decadencia imperialista. Por el contrario, todas las contradicciones exuberantes en la sociedad capitalista están proyectadas en las relaciones de la familia.
La Transformación de la Familia
Por supuesto la familia ha pasado por modificaciones y estos cambios han acompañado las etapas del desarrollo de la sociedad de clases.
En la misma forma que la sociedad de clases ha sido transformada de sociedad esclava a sociedad feudal y entonces a sociedad capitalista, demarcando con cada etapa un avance cualitativo en el desarrollo de los medios de producción, la familia como una unidad económica de la propiedad privada, también ha sido transformada.
Inicialmente las mujeres eran compradas por los hombres con el propósito de procrear herederos para que recibieran las riquezas de estos dueños de propiedad. Para la clase dominante de hoy, la burguesía, este propósito básico no ha cambiado. Son muy pocos los ricos, si acaso alguno, que se casan fuera de su clase.
Sin embargo para los trabajadores la situación es diferente. Ellos no tienen el problema de procrear herederos porque ellos no poseen grandes fuentes de riqueza. Pero sus relaciones matrimoniales, no obstante, se conforman a las normas de la sociedad burguesa, como muchas veces sus aspiraciones.
Marx explicó que las ideas de cualquier época reflejan las ideas de la clase dominante y que las normas de la sociedad burguesa están fundadas en la posesión privada de los medios de producción.
En la misma forma que la mano de obra esclava fue eventualmente transformada en el contrato laboral "libre" (el contrato sindical moderno) entre el trabajador asalariado y el capitalista, así también, la novia que antes era literalmente comprada, hoy día ha sido transformada en una socia "libre" en el contrato matrimonial bajo el sistema de la sociedad capitalista.
Después del comienzo de lo propiedad privada y del patriarcado, en la época de la esclavitud, las mujeres fueron literalmente compradas por los hombres propietarios, con el propósito de procrear herederos para legar les sus riquezas. Aquí propietarios romanos compran esclavos: esposas, queridas, criados y trabajadores agrícolas para sus fincas.
El Amor Sexual Nace Fuera de la Familia Monógama
Para aquellos que se ilusionan con que el amor sexual, dentro del matrimonio y la monogamia, es una verdad eterna desde tiempos inmemorables hasta el matrimonio burgués actual, Engels adelanta una interesante observación. Él dice que aunque la monogamia comenzó unos 5.000 años atrás, todas las indicaciones señalan el hecho de que el amor sexual, como lo entendemos actualmente, no surgió hasta la Edad Media (considerablemente menos de 1.000 años atrás), y que su desarrollo ocurre fuera de la familia de esa época, no dentro de ella.
De acuerdo a Engels esto se puede observar por la abundancia de literatura de ese período pertinente a los amores apasionados de las damas y caballeros, siempre experimentando aventuras amorosas con la esposa o el esposo de otra. Es extremadamente difícil encontrar una historia de amor que ocurra dentro del matrimonio.
En este país (EE.UU.) podríamos asumir que cuando dos personas que no son de la clase dominante se casan, lo hacen porque se aman uno al otro y así se convierten en socios del contrato matrimonial burgués. (Es decir, consiguen una licencia y se casan bajo la ley.)
Relaciones Legales y Verdaderas Entre los Sexos
Engels anota que bajo la ley burguesa más progresista el matrimonio para ser legal: "Debe ser un contrato libremente consentido por ambas partes, y en segundo lugar, que durante el período de convivencia matrimonial ambas partes deben tener los mismos derechos y los mismos deberes".(10)
Si estas dos condiciones se establecen entonces se ha cumplido con la ley y las mujeres supuestamente tendrían todo lo que ellas pidieran.
Él procede entonces a atacar esta clase de argumento, mencionando que los juristas burgueses consideran que el convenio es consentido libremente desde el momento en que se pone por escrito. Engels cita el contrato laboral (contrato sindical) entre los patrones y los trabajadores y demuestra que: "La fuerza que la diferente situación de clase da a una de las partes, la presión que esta fuerza ejerce sobre la otra parte, la situación económica real de ambas; todo esto no le importa a la ley".(11)
En otras palabras la igualdad por escrito ante la ley no provee la igualdad en la vida.
"Respecto al matrimonio, hasta la ley más progresiva", dice Engels, "se da enteramente por satisfecha desde el punto y hora en que los interesados han hecho inscribir formalmente en el acto su libre consentimiento... No es mejor el estado de cosas en cuanto a la igualdad jurídica del hombre y de la mujer en el matrimonio".(12)
Estos dos dibujos enfocan la época de la esclavitud moderna (donde se producía para el mercado capitalista), muestran cómo este sistema deshumanizó sus víctimas. Arriba, dos mujeres africanas son selladas con un palo incendido, para identificar su dueño. Bajo la esclavitud hombres, mujeres y niños eran literalmente capturados, vendidos como artículos y llevados forzosamente a otros lugares - a veces miles de millas desde su origen - para hacer trabajo y servir sus amos bajo la pena de muerte.
La desigualdad legal de los dos socios no hay que ponerla en escrito porque la hemos heredado de las condiciones sociales anteriores. Esta desigualdad original no se estableció porque fue escrita en la ley. Por lo contrario las leyes anteriores procedieron de la real opresión económica de la mujer. Ahora, como el Estado acostumbra hacer, las leyes sobre el matrimonio proclaman la igualdad, pero la herencia del matrimonio monógamo bajo el capitalismo lega la opresión de la mujer.
Engels nos recuerda que cuando el hogar de la familia monógama perdió su carácter público, la sociedad ya no tuvo que ver con ello. Se convirtió en un servicio privado y la mujer se convirtió en la criada principal, excluida de la producción social. Solamente las industrias de gran magnitud le han abierto el camino de la producción social a la mujer proletaria.
"Pero esto se ha hecho de tal suerte", dice Engels, "que si la mujer cumple con sus deberes en el servicio privado de la familia, queda excluida del trabajo social y no puede ganar nada; y si quiere tomar parte en la industria social y ganar por su cuenta, le es imposible cumplir con sus deberes de familia. Lo mismo que en la fábrica, le acontece a la mujer en todas las ramas del trabajo, incluidas la medicina y la abogacía. La familia individual moderna se funda en la esclavitud doméstica franca o más o menos disimulada de la mujer, y la sociedad moderna es una masa cuyas moléculas son las familias individuales".(13)
Lenin: La Mujer Sigue Explotada
Como una Esclava Doméstica
Sobre este tema, Lenin, después de la Revolución Rusa dijo lo siguiente: "La mujer continúa siendo esclava del hogar, pese a todas las leyes liberadoras, porque está agobiada, oprimida, embrutecida, humillada por los pequeños quehaceres domésticos, que la convierten en cocinera y niñera, que malgastan su actividad en un trabajo absurdamente improductivo, mezquino, enervante, embrutecedor y fastidioso. La verdadera emancipación de la mujer y el verdadero comunismo no comenzarán sino donde y cuando empiece la lucha en masa (dirigida por el proletariado, dueño del poder del Estado) contra esta pequeña economía doméstica, o más exactamente, su transformación masiva en una gran economía socialista".(14)
¿Quiere decir lo que se ha dicho antes, que debemos levantar la consigna para la abolición de la familia?
Algunos estudiantes del tema señalan que eso fue precisamente lo que Marx declaró en el Manifiesto Comunista. Sí, es verdad que Marx hizo un llamado para la eliminación de la familia en el Manifiesto Comunista, pero esta demanda fue lanzada en el mismo sentido en que se exigió también la abolición del trabajo asalariado.
Las leyes del Estado burgués, sobre el matrimonio, proclaman la igualdad, pero la herencia del matrimonio monógamo bajo el capitalismo lega la opresión de la mujer. Cuando el hogar de la familia monógama perdió su carácter público, la sociedad ya no tuvo que ver con él. Se convirtió en un servicio privado y la mujer en una criada, excluida de la producción social.
Sobre la
Consigna de la
Abolición de la Familia
La consigna que exigió la abolición del trabajo asalariado es en efecto un llamado para derrocar el sistema capitalista. Marx no pudo haber implicado la eliminación del trabajo asalariado sin el derrocamiento del sistema capitalista. Cualquier otra forma de abolición del trabajo asalariado significaría el regreso al feudalismo o sería insensato.
La extinción de la familia burguesa solamente puede realizarse con la abolición de la propiedad privada. La abolición del trabajo asalariado es meramente el lado negativo de la cuestión. Esta pregunta sobre la eliminación del trabajo asalariado implica su reemplazamiento – con la socialización del trabajo, y con la socialización de los medios de producción y la centralización de estos en las manos de la ex clase de trabajadores asalariados ('ex' en el sentido que ya no son 'asalariados' por los capitalistas, debido a que ahora son los propios dueños de los medios de producción y del Estado).
La abolición de la familia capitalista - la familia nuclear - similarmente implica una forma nueva y superior con que reemplazarla. Engels lo explica de esta forma: "En cuanto los medios de producción pasen a ser propiedad común, la familia individual dejará de ser la unidad económica de la sociedad. La economía doméstica se convertirá en un asunto social; el cuidado y la educación de los hijos también. La sociedad cuidará con el mismo esmero de todos los hijos sean, legítimos o naturales".(15)
La familia patriarcal está fundada en el procrear herederos que reciban las riquezas de los dueños de la propiedad privada. Para la clase dominante de hoy, la burguesía, este propósito básico no ha cambiado. Hay muy pocos ricos, si acaso alguno, que se casan fuera de su clase.
La Monogamia y su Próxima Transformación
Sobre la cuestión de la monogamia, Engels dice: "La revolución social inminente, transformando por lo menos la inmensa mayoría de las riquezas duraderas hereditarias - los medios de producción - en propiedad social, reducirá al mínimo todas esas preocupaciones de transmisión hereditaria... habiendo nacido de causas económicas la monogamia, ¿desaparecerá cuando desaparezcan esas causas?".(16)
A la pregunta él provee su misma respuesta: "Podría responderse no sin fundamento: lejos de desaparecer, más bien se realizará plenamente a partir de ese momento. Porque con la transformación de los medios de producción en propiedad social desaparecen el trabajo asalariado, el proletariado, y, por consiguiente, la necesidad de que se prostituyan cierto número de mujeres que la estadística puede calcular. Desaparece la prostitución, y en vez de decaer, la monogamia llega por fin a ser una realidad, hasta para los hombres".(17)
La monogamia será finalmente purgada de sus impedimentos antidiluvianos y antisociales. Las mujeres de nuevo, como en tiempos primitivos, serán libres a participar en todas las fases de la vida pública, incluyendo industrias de todas clases. Pero esta vez será sobre la fundación de un nuevo y altamente organizado sistema social cooperativo. Por primera vez en la historia la monogamia realmente podrá desarrollarse sin su herencia previa.
Como anota De Beauvoir: "cuando la esclavitud de media humanidad sea abolida, junto con todo el sistema de hipocresía que ello implica entonces la 'división' de la humanidad revelará su genuino significado y la pareja humana encontrará su verdadera forma".
Ya que no es posible eliminar el trabajo asalariado y también la familia burguesa sin derrocar el sistema capitalista, ¿implica esto la renunciación de la lucha por mejorar las condiciones del trabajo asalariado o de mejorar la vida de las grandes masas de gentes quienes viven en unidades de familias burguesas, como están constituidas al presente? Hacer la pregunta es contestarla.
Las Demandas Inmediatas
y la Liberación Final de la Mujer
De toda forma posible debemos luchar para mejorar las condiciones de los trabajadores, entendiendo claramente que esto no cambiará el carácter fundamental de la explotación capitalista sobre el trabajo asalariado.
De la misma manera, luchamos por el derecho de todo hombre y mujer a ganar un sustento para mantener a su familia y resistimos los brutales intentos de disolver la familia mediante la pobreza aplastante, la represión política y social, los estragos de las guerras imperialistas y la inflación creciente.
Esto es parte de la lucha por demandas inmediatas bajo el sistema capitalista. Junto a éstas hay muchas demandas más, que deben ser promovidas para la liberación de la mujer - y ser promovidas particularmente por las mujeres - aparte del hecho de que las mujeres nunca serán verdaderamente libres mientras exista el capitalismo.
Luchas tales como el derecho al divorcio gratuito, el derecho a guarderías infantiles gratis durante horas normales de trabajo, particularmente para las mujeres que trabajan, el derecho al aborto gratuito, el derecho a pago igual por trabajo equivalente, la lucha contra la ideología y práctica de la supremacía masculina – todas estas demandas y muchas más son parte de la lucha por la liberación femenina.
Y como dijo Lenin, respecto a esto, cuando hizo el llamamiento al derecho del divorcio gratuito: "Únicamente gente incapaz en absoluto de pensar, o que desconoce en absoluto el marxismo, deduce de esto: ...la libertad de divorcio no sirve para nada; la democracia no sirve para nada; la autodeterminación de las naciones no sirve para nada! Los marxistas, en cambio, saben que. . . Cuanto más amplia sea la libertad de divorcio, tanto más claro será para la mujer que la fuente de su 'esclavitud doméstica' es el capitalismo, y no la falta de derechos. Cuanto más democrático sea el régimen político, tanto más claro será para los obreros que la raíz del mal es el capitalismo, no la falta de derechos... ".(18)
"Toda la 'democracia' consiste en proclamar y realizar ‘derechos’, cuya realización en el capitalismo es muy escasa y muy convencional; pero sin esa proclamación, sin la lucha por la concesión inmediata de los derechos, sin la educación de las masas en el espíritu de tal lucha, el socialismo es imposible".(19)
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"Desde el advenimiento de la civilización ha llegado a ser tan enorme el acrecentamiento de la riqueza, tan diversas las formas de este acrecentamiento, tan extensa su aplicación y tan hábil su administración en beneficio de los propietarios, que esa riqueza se ha constituido en una fuerza irreductible opuesta al pueblo. La inteligencia humana se ve impotente y desconcertada ante su propia creación. Pero, sin embargo, llegará un tiempo en que la razón humana sea suficientemente fuerte para dominar a la riqueza, en que fije las relaciones del Estado con la propiedad que éste protege y los límites de los derechos de los propietarios. Los intereses de la saciedad son absolutamente superiores a los intereses individuales, y unos y otros deben concertarse en una relación justa y armónica. La simple caza de la riqueza no es el destino final de la humanidad, a lo menos si el progreso ha de ser la ley del porvenir, como lo ha sido la del pasado. El tiempo transcurrido desde el advenimiento de la civilización no es más que una fracción ínfima de la época por venir. La disolución de la sociedad se yergue amenazadora ante nosotros, como el término de una carrera histórica cuya única meta es la riqueza, porque semejante carrera encierra los elementos de su propia ruina. La democracia en la administración, la fraternidad en la sociedad, la igualdad de derechos y la instrucción general harán vislumbrar la próxima etapa superior de la sociedad, a la cual tienden constantemente la experiencia, la cien, cia y el entendimiento. Será una reviviscencia de la libertad, la igualdad y la fraternidad de las antiguas gens, pero bajo una forma superior".
– Citación de: La Sociedad Antigua, por Lewis H. Morgan.
Notas:
**En vista de la epidémica del Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA) debemos señalar que las autoridades de salud fuertemente recomiendan el uso de condones.
(5) F. ENGELS, El Origen de la Familia, la propiedad Privada y el Estado, URSS 1976, páginas 62-63.
(6) F. ENGELS, El Origen de la Familia, la Propiedad Privada y el Estado, URSS 1976, página 63.
(7) F. ENGELS, El Origen de la Familia, la Propiedad Privada y el Estado, URSS 1976, página 63.
(8) F. ENGELS, El Origen de la Familia, la Propiedad Privada y el Estado, URSS 1976, página 63.
(9) F. ENGELS, El Origen de la Familia, la Propiedad Privada y el Estado, URSS 1976, página 63.
(10) F. ENGELS, El Origen de la Familia, la Propiedad Privada y el Estado, URSS 1976, página 70.
(11) F. ENGELS, El Origen de la Familia, la Propiedad Privada y el Estado, URSS 1976, página 71.
(12) F. ENGELS, El Origen de la Familia, la Propiedad Privada y el Estado, URSS 1976, página 71.
(13) F. ENGELS, El Origen de la Familia, la Propiedad Privada y el Estado, URSS 1976, página 72.
(14) V. LENIN, La Emancipación de la Mujer, URSS 1979, página 70.
(15) F. ENGELS, El Origen de la Familia, la Propiedad Privada y el Estado, URSS 1976, página 74.
(16) F. ENGELS, El Origen de la Familia, la Propiedad Privada y el Estado, URSS 1976, página 74.
(17) F. ENGELS, El Origen de la Familia, la Propiedad Privada y el Estado, URSS 1976, página 74.
(18) V. LENIN, La Emancipación de la Mujer, URSS 1979, páginas 46-47.
(19) V. LENIN, La Emancipación de la Mujer, URSS 1979, página 48.
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