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→La Mujer en la Historia

→El Amor y la Monogamia

→Dos Líneas Sobre la Liberación Femenina

→La Revolución Sexual y los Bolcheviques

→Introducción, Acerca de Dorothy Ballan

→Mensaje de Evo Morales Aima

→On the execution of Saddam Hussein

→El juicio de Saddam Hussein

→Estados Unidos y los OVNIs

Parte 2, EE.UU. y los OVNIs

→El Día de Acción de Gracias

pág 2, El Día de Acción de Gracias

→Puerto Rico's election results?

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(Esta nota sobre la autora Dorothy Ballan fue redactada en el 1970 cuando la obra: El Marxismo y la Liberación de la Mujer fue originalmente publicada en inglés bajo el titulo: Feminism and Marxism. Dorothy Ballan falleció en 1992.)

Acerca de la autora Dorothy Ballan

La vida política de Dorothy Ballan abarca más de 35 años de participación activa en el movimiento progresista de los Estados Unidos. Ballan comenzó su trabajo político como organizadora para el Sindicato de Trabajadores de Papel, Local 292 (United Paper Workers Union) en la ciudad de Nueva York.

Ella primero se destacó en la lucha por las obreras en la enorme planta de la Corporación Westinghouse en la ciudad de Cheektowaga (cerca de Buffalo en el estado de Nueva York).

Los trabajadores de la Westinghouse en estaban representados por el Sindicato Internacional de Trabajadores Eléctricos, Local 1581 (International Union of Electrical Workers, AFL-CIO). Ballan operaba una máquina perforadora, un trabajo de bajo sueldo que no requería mucho entrenamiento, clasificado de Grado 3.

La compañía había dividido la fuerza laboral en 10 grados. Aunque las mujeres en la planta constituían casi la mitad de la fuerza laboral todas estaban concentradas en los grados 1 al 3, los trabajos de menos paga. Los restantes 7 grados, claro, eran para los hombres.

Desafiando esta práctica discriminatoria de la compañía, Ballan movilizó el apoyo de las mujeres y de los hombres en el sindicato, rompiendo las prohibiciones y ganando una oferta para un trabajo de Grado 7 - de "die setter" (fijadora del troquel) - puesto que nunca antes había sido ejecutado por una mujer en la historia de la industria eléctrica.

Ballan llegó a ser representante sindical de casi mil trabajadores y fue electa miembro de la Junta Ejecutiva, uno de los puestos más altos del Local 1581.

Ballan también tiene una larga historia en el movimiento anti-intervencionista y antiimperialista de los EE.UU. Ella fue una de los organizadores de la primera protesta en los EE.UU. en contra de la guerra en Vietnam, en el 1962.

Además de participar en campañas en apoyo de la independencia de Puerto Rico, la autodeterminación del pueblo palestino y en contra del régimen de apartheid en Sudáfrica, fue una de los iniciadores de la gran Marcha al Pentágono, el 3 de mayo de 1981, donde más de 100.000 personas exigían el alto a la guerra de EE.UU. en Centro América.

Ballan es una de los fundadores del Partido Mundo Obrero (Workers World Party), del cual es miembro de su Comité Nacional, desde su fundación.

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Introducción (1985) a:
El Marxismo y la Liberación de la Mujer

15 Años del Movimiento Femenino

Esta obra fue escrita en 1970, a la sombra de esa época memorable de los 1960s, período en la historia del movimiento femenino jamás visto anteriormente.

Fue un tiempo dichoso, un tiempo en que la variedad y riqueza de la lucha femenina elevaba continuamente el espíritu, además del nivel político, del movimiento progresista en general.

La lucha se condujo en concierto con todos los demás frentes de batalla; la lucha del pueblo negro, de los latinos, asiáticos e indígenas, de los incapacitados e indocumentados, del movimiento de lesbianas y gays, y en el contexto de la lucha masiva contra la guerra en Vietnam.

"No hay una ciudad pequeña o grande", escribimos en aquel entonces (en la revista 'Battle Acts' de noviembre de 1970), "donde no se esté llevando a cabo por lo menos una actividad entre las centenares que organiza el movimiento femenino; ya sea una reunión para levantar conciencia en Croton Falls, una clase de kárate para las mujeres en Champaign, Illinois, la toma y ocupación de las oficinas de la revista 'Ladies Home Journal', la interrupción de una importante reunión de la CBS en Los Angeles, o las innumerables manifestaciones, líneas de piquetes y protestas contra restaurantes, clubes, bares, periódicos, revistas, supermercados y negocios de todo tipo; además de las luchas y experimentos para mejorar el cuidado de niños, el bienestar público, las escuelas de liberación, el derecho al aborto y a contraceptivos, y muchas otras. Y esto sucede no solamente en todas las partes del país sino también dentro de diversas clases sociales".

Sin embargo, como sucede en todos los movimientos progresistas, aun en los más profundos y revolucionarios, el movimiento femenino también conoce sus períodos de reacción política y de represión. En la actualidad la administración Reagan conduce una campaña de intimidación y hostigamiento en contra del movimiento. Por ejemplo, el gobierno capitalista ha incitado (si no es que a promovido) la violencia en contra de los centros de planificación familiar.

Aun así, el movimiento femenino no muestra señales de ceder a esta intimidación. No permitirá que se le haga retroceder a las épocas anteriores de servidumbre y subyugación. Es más, la lucha contra la opresión de la mujer continúa aunque la reacción política reine en los EE.UU.

Esta reacción es de carácter transitorio. Y como la historia lo demostrará el movimiento femenino, junto con todos los demás movimientos progresistas que luchan en contra de la opresión y la explotación, triunfará.

Realización de los Ochentas:
El Exigir Igual Salario por Trabajo Comparable.

Sin duda alguna, se evaluará la década del ochenta como una de logros para la lucha femenina, no solamente porque lanzó la consigna de "igual salario por trabajo comparable", pero también, por haber ganado victorias importantes.

La demanda tradicional de igual salario por igual trabajo, aunque importante como una consigna general, no enfoca adecuadamente el problema de las prácticas discriminatorias que la mujer enfrenta en el trabajo.

Una demanda mucho más práctica y correcta es la de igual salario por trabajo comparable, ya que lleva la lucha por la igualdad en salarios a un nivel nuevo.

"La demanda de igual salario por trabajo de valor comparable surge del entendimiento que igual salario por igual trabajo es insuficiente, ya que no se dirige a la discriminación total que las mujeres enfrentan cuando se encuentran concentradas en puestos que tradicionalmente pagan menos que los puestos dominados por hombres, pero que tienen condiciones de trabajo y requisitos de entrenamiento similares", escribe Sharon Shelton en el periódico Workers World (Mundo Obrero) el 14 de marzo de 1985.

La autora de este admirable artículo agrega que "Mientras Reagan y las grandes empresas tratan de retroceder los alcances de los trabajadores a condiciones anteriores; las mujeres, especialmente en los trabajos de servicios, las negras, latinas, asiáticas, indígenas y las mujeres blancas, han adelantado resueltamente, lanzando y en muchos casos ganando demandas que retan la base propia de la opresión femenina en el lugar de empleo".

En este frente se han ganado sobresalientes victorias, en California, en los estados de Washington y Connecticut (en la Universidad de Yale), las cuales han causado un resurgimiento de la lucha en muchas áreas del país que incluyen a los estados de Nueva York, Virginia, Alaska y otros más.

Movimiento Femenino Es Realmente Internacional

Si el movimiento femenino del presente ha perdido algo de la militancia que lo caracterizó en los años de los sesentas y al principio de los setentas, y si en realidad ha perdido parte de su profundidad, sin embargo ha aumentado su campo de acción.

Como una inmensa piedra que cae al mar causando ondulaciones cada vez más grandes, así sucede con el movimiento feminista, ya que ha creado, más que nunca, ondulaciones globales. Ha forzado a casi todos los gobiernos del mundo a que reconozcan los derechos legales de la mujer, aun esos que los violan descaradamente.

Desde diciembre de 1972, la Organización de las Naciones Unidas (O.N.U), en respuesta a la presión impuesta por el movimiento femenino a nivel mundial, fue forzada a adoptar la resolución que proclamó el año de 1975 como el Año Internacional de la Mujer y la década fue formalmente nombrada la Década por la Igualdad de la Mujer.

Como es bien sabido, la O.N.U. no tiene la autoridad para enforzar sus resoluciones, sin embargo las subsiguientes conferencias mundiales desde entonces han servido para enfocar la lucha por los derechos de la mujer; produciendo propaganda y agitación feminista que ningún gobierno, por más reaccionario y represivo que sea, ha podido evadir completamente.

El simple hecho de que existe un inmenso volumen de literatura en tantos idiomas atestigua a la capacidad del movimiento y las ramificaciones que ha tenido. Esto va más allá de lo que previamente se había visto, cuando los movimientos femeninos, según nuestro entendimiento, estaban principalmente confinados a los países capitalistas desarrollados de Occidente.

Fueron las delegaciones de mujeres de Namibia, Sudáfrica y Palestina las que llamaron la atención en la O.N.U. a la opresión especialmente cruel e inhumana que sufren las mujeres que son desplazadas forzadamente en sus propios países por la opresión y el uso del terror.

Se dieron testimonios elocuentes por las representantes de S.W.A.P.O. (la Organización Popular del África Suroeste) en nombre de las mujeres de Namibia, por las mujeres del Congreso Nacional Africano (A.N.C.) representando a las mujeres de Sudáfrica y su militante lucha contra el odiado régimen de apartheid, y por las mujeres de la Organización de la Liberación Palestina (O.L.P.) a favor de la mujer palestina.

A la fecha de este artículo solamente la maquinación de los EE.UU. y el régimen títere de Duarte han prevenido exponer ante la O.N.U. el trato cruel e inhumano que reciben las mujeres en El Salvador como resultado de una guerra civil que ya hace mucho tiempo hubiera culminado con la victoria revolucionaria si no fuera por la intervención del imperialismo norteamericano.

Esta traducción (del folleto Feminism and Marxism) es particularmente propicia ya que se lleva a cabo a la vez que el imperialismo aumenta sus amenazas cada vez con más audacia para derrocar y desestabilizar el gobierno revolucionario de Nicaragua.

Cada una de las grandes luchas revolucionarias mejora la condición de la mujer como lo ha demostrado la Revolución Cubana. Así lo es también en Nicaragua donde hoy en día las mujeres se encuentran en las barricadas a la par de los hombres defendiendo su país contra el imperialismo.

De la victoria nicaragüense surgirán no sólo adelantos político-sociales para las mujeres en Nicaragua, sino también el largo y esperado objetivo por obtener una real y genuina igualdad entre los hombres y las mujeres.

Desde que se publicó esta obra en el 1970 han ocurrido una serie de revoluciones tecnológicas muy significativas que han afectado profundamente el estado de la mujer.

Desde el principio de los setentas, la píldora anticonceptiva ha evolucionado aún más. Al principio se temía que la píldora fuera dañina a la salud de la mujer, pero las investigaciones médicas muestran que la píldora no pone en peligro la salud de la mujer en ciertas categorías de edad.

Mucho depende de los adelantos tecnológicos. La tecnología es la base objetiva para el desarrollo del movimiento femenino, así como lo es para todos los movimientos progresistas. Al separar la sexualidad de la procreación, se fomenta la libertad de la mujer y facilita el control sobre su propio cuerpo.

Pero la tecnología en sí no será suficiente. Solamente la lucha unitaria de las mujeres y de los hombres de la clase trabajadora, junto con todas las fuerzas progresistas que conducen a un futuro socialista, podrán lograr para la mujer el control de su propio destino.

No hubiese sido posible publicar esta obra en español sin la labor cuidadosa e industriosa de tantas compañeras y compañeros. Quiero expresarles mi sincera apreciación.

Dorothy Ballan, 1 de junio de 1985.

 

 
 

 

 
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